Entrevistar es comunicar, un diálogo o una reunión entre dos o más personas para tratar un tema acordado o un hecho de actualidad. Plasmarlo por escrito no es más que una transcripción de una conversación.
Conducir una entrevista en persona puede ser una experiencia enriquecedora si lo haces de la forma correcta. Si quieres conducir una entrevista en persona, entonces tienes que prepararte con cierta antelación, hacer que la otra persona se sienta cómoda, y hacer las preguntas adecuadas en el momento preciso. La clave es saber adaptarte a la situación dando pie a la espontaneidad, sin perder el hilo inicialmente marcado.
La mayoría de entrevistas están formadas por preguntas y respuestas, con estilo directo. En ciertas ocasiones se puede hacer un resumen en estilo indirecto de algunos comentarios o respuestas del entrevistado.
En la entrevista se ha reflejar el talante del personaje, pero también se puede dejar entrever la personalidad del entrevistador, que ha de respetar el papel principal del entrevistado.
Es conveniente tener registrada o transcrita la conversación para poder utilizar el lenguaje del personaje, para captar su estilo y no modificar sus palabras, pero sobretodo sus intenciones. El entrevistador ha de ser suficientemente hábil para trasladar al papel todas las señales visuales y auditivas que el lector no puede recibir.
Si quieres aprender a conducir una entrevista en persona de una forma natural que te sirva para alcanzar tus objetivos, es conveniente que sigas unos pasos básicos.
Empieza la entrevista con algunos temas que sabes que sabes pueden ser de agrado del entrevistado. Ayuda a entrar con buen pie al contenido central de la entrevista. La razón es dar pie al entrevistado a sentirse cómodo y relajado.
Prepárate la entrevista.
Investiga la persona. Conocer lo máximo posible sobre el profesional a entrevistar para atender la entrevista preparado y en predisposición de asumir el control de la situación. La información relevante pública hoy en día es medianamente fácil obtener.
Conviene que tengas a tu alcance toda la información posible para ir preparado y controlar el objetivo de la entrevista, manteniendo el control y el ritmo de la misma. Conocer al entrevistado y saber que podemos esperar de él es vital para un buen desenlace de la misma. Es aconsejable también ajustar tu entrevista de acuerdo a los gustos y preferencias de la persona entrevistada.
Marca un objetivo. Al tener claro tu objetivo es más fácil encauzar el desarrollo de la entrevista. Mantener el hilo de la conversación y asegurarte en no salir de una rumbo marcado. Es posible y conveniente adaptarse a la situación, y dejar pie a la entrada de nuevas variantes que puedan enriquecer la entrevista, pero el rumbo es el rumbo y el camino al objetivo puede ser variado.
Prepara las preguntas. Las preguntas deben ser apropiadas y en formato abierto. Debes preparar preguntas flexibles y de respuesta abierta que vengan acompañadas con al menos dos o tres preguntas de complemento que puedas hacer dependiendo de la respuesta a la pregunta principal. Evita preguntas cerradas, de respuesta «si o no». Haciendo posible que el entrevistado exponga su opinión y pueda extenderse en la respuesta. Incorpora cierta creatividad en tus preguntas siempre que estén en línea con tus objetivos.
Realizar la entrevista
I. Sitúa al entrevistado en un marco de compresión por parte del lector o receptor de la entrevista.
II. Preséntate y comenta con el entrevistado un poco más de tu persona, para que pueda comprender quién eres y por qué realizas la entrevista.
III. Informa un poco de cómo tienes previsto desarrollar la entrevista, tiempo de duración y temáticas que quieres tratar, o cualquier otro tema que el entrevistado deba conocer de antemano.
IV. Mantén un tono de conversación abierto, integrado en un intercambio de información en el que escuchas con atención, evitando aplicar un modo detective al hacer preguntas variopintas y sin conexión con el contenido.
V. Toma notas. Presta atención a todos los factores de la conversión y capta los mensajes en sus múltiples formas. Si escuchas atentamente también te será más fácil darte cuenta cuando el entrevistado pierda el curso de la entrevista.
VI. Ten bajo control la situación. Pero no monopolices la conversión, solo debes hablar alrededor del 20% del tiempo. SI te pierdes, pregunta, no dejes margen a errores de comunicación. Respeta los silencios y los tiempos.
Termina la entrevista
Agradecimiento. Abre ventanas de líneas de comunicación a criterio del entrevistado. ¿hay algo más de lo que quieras hablar?». Debes agradecer a la persona por dedicar su tiempo para hablar contigo.
Notas. Nunca está de más poder anotar, además de transcribir la entrevista, información acerca de la comunicación transmitida, los sentimientos, las valoraciones internas, y otras impresiones de los presentes. Ayuda a recordar la entrevista a largo plazo.