Desarrollar ideas novedosas es un proceso individual o colectivo, y como proceso no es algo que se genere espontáneamente. Escribir es transformar y generar conocimiento.
En metodologías clásicas se entendía la generación de ideas como un proceso individual de búsqueda de los pensamientos apropiados. Se buscaba activar los conocimientos ya asentados previamente pero ocultos en algún lugar de la mente.
Los métodos actuales dan un paso más al incorporar el proceso otros factores como el soportes visuales, imágenes gráficas que ayudan a la memoria, la colectividad del proceso, la anarquía en el pensamiento, etc. Lo que se traduce en la generación de gráficos en forma de estrellas, cubos, esquemas, listas de puntos no correlacionados, y la conocida lluvia de ideas o «brainstorming«.
La finalidad de ambas, metodología clásica y actual, es la misma. Aflorar pensamientos e interactuar con ellos. Lo interesante de la metodología actual es que añade «jugar con tus pensamientos» y además sugiere que se haga colectivamente, dado que el proceso en más enriquecedor.
En una primera fase tratamos de descodificar el cerebro y liberarlo de sus trabas racionales, superando los perjuicios y los esquemas preestablecidos. Trabajamos y estimulamos que salga el subconsciente. Abrazamos todas las ideas por absurdas que parezcan en una primera etapa y las anotamos en forma de lista, dando paso a un segundo paso, pasando a un fase más observadora y analítica.
En una segunda fase nos centramos más en la conciencia, con la base del ejercicio anterior, la lista o el esquema de ideas. Jugamos con la consciencia: analizamos, ampliamos, modificamos, eliminamos las propuestas de la lista. La creatividad sigue vigente en este paso dado que intentamos organizar los puntos lo más gráficamente posible, con flechas, redes de pensamientos, dibujos, etc. Todo ello ayudará en la siguiente fase, la planificación.
Planificación y recogida de datos. Aquí es clave la organización y el orden de ideas para una correcta recogida de datos posterior. En esta fase aparecen conceptos determinantes como son las palabras clave, nombres que se repiten y generan todo un conjunto de ideas y ejemplos. La síntesis que nos brindan las palabras clave es altísimo, dado que generan simplicidad sin perder significado. Puede que su significado se lo damos nosotros en nuestra cabeza, dado que su objetivo es apuntalar la densidad de la información recogida. Hoy en día la recogida de información ha mejorado exponencialmente, y sigue haciéndolo. Dependiendo de lo que se quiera elaborar, tenemos al alcance de navegación: trabajos monográficos, bibliografías, revistas especializadas, diarios de prensa, etc. Requiere tiempo, sosiego, y determinación a la hora de extraer la información realmente útil para nuestro propósito.
El camino de la creación es un plano que reposa sobre tres ejes, imaginación, determinación y observación. Visualizar la creación ayuda a avanzar. Y no olvidéis las palabras de Horacio, «escoged un tema a la medida de vuestra fuerzas».