Autor: Top Rank Pros (fuentes)
La relación entre la lectura perceptiva y la calidad del estudio es de simple repetición rutinaria, mecánica e infantil. Es la primera lectura que se aprende y no sirve aún para estudiar, porque el niño o la niña centran todo su esfuerzo y concentración en reconocer las letras y lograr los reflejos mecánicos propios de este nivel inicial de lectura. Se interpretan los códigos mecánicos de la lectura, sin errores, aunque no se comprenda apenas el sentido de lo que quieren decir. No es conveniente someter a los niños a pruebas o exámenes que exijan estudio comprensivo formal. De mayores, se puede retroceder a este nivel de lectura infantil por falta de atención, concentración o interés y, por consiguiente, tampoco sirve para estudiar con la comprensión que toca. También se puede caer en un estudio mecánico o empollón, si se memoriza sin entender el significado de lo que se estudia.
Aunque este nivel de lectura no sirve aún para estudiar, es muy importante que entre los 6 y 7 años, los niños adquieran las habilidades reflejas automáticas de lectura perceptiva, porque son el fundamento que permite seguir avanzando en los siguientes niveles de lectura y de calidad del estudio. Es tan importante como las bases o fundamentos en un edificio de varias plantas, si no son seguros y sólidos, todos los pisos que intentemos construir se caerán; de igual modo, si los automatismos y habilidades reflejas de esta lectura mecánica no se adquieren bien en este período de la infancia y se mejoran a lo largo de la vida, es muy difícil progresar en los niveles siguientes de lectura y estudio más cualificados.
No abundan los problemas para conseguir este nivel de lectura perceptiva en los dos primeros cursos de la enseñanza infantil. Incluso es bueno que desde las primeras etapas se inicie a los niños para que, poco a poco, se enteren de lo que leen con un grado de comprensión descriptiva y narrativa. Ahora bien, si un niño, entre los 6 y 8 años, presenta dificultades para lograr las habilidades de este nivel de lectura perceptiva mecánica hay que apoyarle con refuerzos desde la escuela y la familia. Un mínimo de exigencia para pasar curso debería ser leer con fluidez y sin cometer errores mecánicos sin darse cuenta. En caso contrario, la probabilidad de abandono en los estudios es alta en un futuro más o menos próximo.
La lectura de compresión concreta y el estudio memorístico.
Este tipo de lectura comprensiva concreta, también conocida como memorística, se caracteriza por comprender lo que el texto dice, pero dentro de límites concretos descriptivos, es decir, para fines repetitivos, narrativos o memorísticos; como fechas, nombres, personajes, hechos, acontecimientos, etc. La lectura concreta permite un estudio basado en la repetición literal de contenidos, o como mucho, en la narración y descripción muy próximo a cómo se halla en el texto. Esta modalidad de lectura y expresión debe conseguirse entre los 8-12 años. Es el momento natural ideal para estimular a los benjamines del estudio en el hábito de la lectura, como afición y recreo, en sus tiempos libres. Así mismo, invitarles a representar plástica o teatralmente sus lecturas.
El nivel de lectura concreta y de expresión, dentro de los límites concretos, narrativos y descriptivos sirve para un estudio en el que predomina la memoria sobre la inteligencia. Con esta calidad de lectura y estudio se hace frente a los niveles de exigencia y de madurez de los cursos de Primaria, hasta los 12 años. A estas edades es pedagógico, estimular la memoria por encima de la inteligencia. Es la etapa de evolución natural del niño para que desarrolle la memoria, después puede ser tarde, e inicie el desarrollo de la inteligencia reflexiva narrativa con continuidad y coherencia. Ahora bien, con este nivel de lectura y expresión, la calidad del estudio es fundamentalmente mecánica y repetitiva. Por tanto, no debe basarse la enseñanza en exámenes continuos y las preguntas, cuestiones o problemas deben ser de poca o mediana dificultad, que exijan sobre todo memoria por repetición, descripción o narración reflexiva de los contenidos aprendidos.
En esta etapa escolar importa mucho alcanzar la calidad del estudio memorístico por varias razones. Primero, hasta los 12 años es la manera normal de estudiar y aprender los contenidos programados. Después, para algunos temas o asignaturas, incluso de niveles superiores, es fundamental tener una lectura memorística potente. Por otro lado, este nivel de lectura es necesario para seguir madurando, ya que la memoria es el alimento de la inteligencia. Además, es necesaria para la lectura rápida de búsqueda de datos o de aterrizaje en el estudio de un tema o pregunta. Por supuesto que sirve para la lectura recreativa de cuentos, novelas, revistas, periódicos… que se debe inculcar desde niños y mantener durante toda la vida. No es corriente que haya problemas en conseguir esta manera de leer y de estudiar entre las edades de 8-12 años. No abundan los fracasos en etapas primarias de la enseñanza, pero los casos que aparecen necesitan de un seguimiento riguroso, eficaz e individualizado para que no se enquisten irreversiblemente en el rechazo a la lectura, y de rebote al estudio. Sí que abundan casos de autocomplacencia y estancamiento en este nivel de lectura y calidad de estudio.
La lectura de compresión abstracta y un estudio reflexivo.
Por lectura abstracta, llamada también significativa, se entiende aquella que capta el significado profundo o abstracto de los conceptos, ideas, teorías, principios; y las relaciones, clasificaciones e interacciones entre datos, hechos, personajes, acontecimientos, etc. (LOCKE, E.A., 1987) Este tipo de lectura y de estudio exige un esfuerzo de concentración mental muy superior al de la comprensión concreta de la fase anterior. Con la lectura abstracta y el estudio razonado se captan con facilidad y rapidez las ideas que aparecen en el texto y se canaliza el esfuerzo primero hacia la comprensión del mensaje, y luego hacia la retención del vocabulario y los datos necesarios para la expresión personal de los conceptos o ideas leídos. Precisa de una inteligencia superior, consciente y reflexiva, que nos hace diferentes del resto de los seres vivos y que exige un esfuerzo mental abstracto o simbólico, también superior. Quizá esta exigencia de esfuerzo sea la explicación de por qué muchos adolescentes y jóvenes rechazan esta manera de estudiar y no llegan a madurar como estudiantes. Por supuesto, se debe estimular la lectura de afición en textos de este nivel de exigencia mental.
La lectura abstracta es necesaria para aspirar a un estudio inteligente, que permita hacer frente a los contenidos programáticos. Desde etapas juveniles hay que forzar a cambiar la manera de estudiar memorística e infantil, por otra abstracto conceptual, o significativa. De manera que etapas juveniles debe ser la manera normal de aprender. Puesto que se necesita este nivel de abstracción para afrontar con garantías de futuro los niveles de exigencia de módulos, bachillerato o universidad. Por tanto ya no basta, por ejemplo, saberse de memoria, o mecánicamente, la fórmula del agua (H2O), sino que hay que saberla explicar, o interpretar significativamente, como la representación simbólica de la molécula de la sustancia agua, que se halla compuesta por dos átomos del elemento Hidrógeno y por un átomo del elemento Oxígeno. Supone también comprender el significado de los conceptos átomo, molécula, elemento, compuesto… El nivel de exigencia de las preguntas en los exámenes son abstractas, o de mediana dificultad, y exigen respuestas que demuestren memorización de contenidos, pero también explicación razonada, coherente y argumentada.
La importancia de alcanzar la calidad del estudio abstracto es enorme porque supone la entrada en la madurez como estudiante. Es un verdadero destete a nivel mental. Hay que cambiar poco a poco una manera de estudiar, basada fundamentalmente en la memorización de datos concretos y aislados, por otra más inteligente, basada en la comprensión de las ideas en primer lugar y, después en la memorización selectiva de los datos y del vocabulario necesario para la explicación personal, no necesariamente como está en el texto. De igual manera, ya no basta con memorizar una fórmula matemática hay que saberla aplicar a problemas o cuestiones concretas. La causa más importante de esta problemática es que el salto del estudio memorístico concreto al abstracto conceptual presenta dificultades del desarrollo psicoevolutivo de la mente humana que no siempre se tienen en cuenta. Es un salto cualitativo que diferencia la inteligencia superior de los humanos de la inteligencia inferior del resto de los animales. El esfuerzo de concentración es muy superior también, por tanto el nivel de exigencia también debe ser mayor.
Otras causas de esta problemática pueden ser: La pereza es hoy en día muy corriente, seguida de la falta de exigencia, de autoexigencia. Puede haber casos de normalidad muy ajustada que explique el refugio en un memorismo pasivo e ineficaz. Tener un índice bajo de rendimiento en la lectura es otra causa que puede explicar esta problemática que acaba en fracaso si los fallos son importantes y no se corrigen. Otra causa muy corriente es que no se sabe estudiar.
Una causa especial y añadida de esta misma problemática es que de los 12 a los 16 años de edad coinciden en la persona humana dos crisis o cambios cruciales: el de la madurez biológica de la pubertad y el de la madurez mental como estudiante. En caso de conflicto es el aspecto mental del problema el que suele esperar y retardar la solución. Entre otras explicaciones, porque la vertiente fisiológica del problema es de solución hormonal y, por tanto, involuntaria y automática si no hay enfermedad. Por el contrario, la madurez mental no se impone sino que requiere la actuación consciente y, además, exige esfuerzo personal y la colaboración de la escuela y de la familia.
La lectura integrada y el estudio crítico-contrastado.
Para alcanzar la lectura más cualificada que dé comprensión integrada hay que superar la lectura y el estudio abstractos, de igual manera que para llegar a un nivel de abstracción suficiente se debe superar el nivel de estudio narrativo memorístico; y para llegar al memorístico hay que dominar los reflejos y automatismos de la lectura perceptiva infantil. Es decir, el edificio del estudio se construye comenzando por los fundamentos y levantando tres pisos. La lectura perceptivo-mecánica es equivalente, en el símil propuesto, a poner los fundamentos del edificio del estudio; la lectura concreta y el estudio memorístico similar a levantar el primer piso; la lectura abstracta y el estudio inteligente equivalente a alzar el segundo piso; y la lectura integradora y el estudio razonado equivale a la culminación del tercer piso.
La lectura integradora consiste en hallar conexiones e interacciones, semejanzas y diferencias, entre conceptos o ideas, relacionados pero diferentes entre sí. Por ejemplo, entre las ideas o conceptos de un mismo tema o capítulo, dentro de una misma asignatura o de asignaturas diferentes pero afines, entre las diferentes lenguas castellana, catalana, inglés… Entre un curso y el siguiente, de lo tratado en clase con lo leído o escuchado en medios de comunicación, etc. Todo ello supone tener antenas que reciben y coordinan las diferentes fuentes de información en una integración consciente y contrastada. Se debe continuar con la afición a una lectura acorde a esta exigencia global y a las apetencias y dones naturales de cada persona.
La calidad del estudio razonado que corresponde a una lectura integradora es necesaria para enfrentarse a estudios teóricos cada vez de mayor exigencia en cantidad y complejidad de contenidos. Las habilidades mentales que presuponen esta calidad de estudio han de haberse provocado su descubrimiento en etapas juveniles y continuado en los módulos profesionales para aplicarlas como hábitos y habilidades mentales del trabajo intelectual en los estudios grado superior. Las preguntas de los exámenes deben ser de alta exigencia reflexiva e integración. Las respuestas deben dar además de altos contenidos memorísticos; explicaciones significativas, claras y precisas, de cuestiones con un razonamiento continuado y coherente; además de integraciones y contrastaciones que exigen habilidades creativas, críticas y argumentativas de una mente madura con discurso consistente y lógico.
El paso del estudio abstracto al integrado no suele presentar problemas siempre y cuando la comprensión abstracta del paso anterior, y que presupone, se haya conseguido bien y se realice con la madurez que corresponde. También se necesita autoexigencia personal que supere la tendencia natural al estancamiento en la evolución mental de la persona. La importancia de culminar esta cima de calidad en la lectura y en el correspondiente estilo de estudio es vital para la eficacia y el triunfo del estudiante en cualquier profesión que elija. Es al nivel que debes aspirar si deseas seguir estudiando sin problemas, y ser un profesional feliz, competente y competitivo.
Notas finales complementarias:
El paso del estudio abstracto al integrado no suele presentar problemas, siempre y cuando la comprensión abstracta, que presupone, se haya conseguido bien y se realice con la madurez que corresponde. También se necesita autoexigencia personal que supere la tendencia natural al estancamiento en la evolución mental de la persona. La importancia de culminar esta cima en la calidad de lectura es vital para la eficacia y el triunfo en estudios de grado medio y superior.
Te encontrarás con temáticas, en los estudios que vayas realizando, donde los niveles de abstracción e integración son más fuertes y cualificados. Cuenta mucho el estilo del profesor y su nivel de exigencia. No te has de acobardar ni coger miedos irracionales ante profesores con fama de duros. Muy al contrario, debes crecerte, y con la calidad de estudio reflexivo, crítico y razonado adaptarte con inteligencia y flexibilidad a cualquier modelo de profesor, inclusive a sus manías. A propósito, recuerdo lo que con cierta ironía me decía un viejo y admirado profesor: Para aprobar ciertas asignaturas es tan importante estudiar la asignatura como al conferenciante / profesor.
Saca beneficios de la síntesis mental abstracta.
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